—La mirada de todos destellaba con distintos niveles de asombro mientras Kieran los guiaba a través de la instalación. La estructura de última generación estaba equipada con tecnología desconocida para todos ellos.
—Vaya… ¿has estado aquí todo este tiempo? —murmuró Bastión en un tono aturdido. Su mirada recorría las pasarelas, prestando especial atención al diseño metálico elegante.
Ocultos debajo de esta capa externa de metal había rayos iónicos activables mediante un sistema de detección de movimiento. Una vez activados, incluso si alguien lograba atravesar la puerta de acero hiper-reforzado, sería una tarea casi imposible pasar más allá de los rayos en una sola pieza.
—Más o menos —asintió Kieran—. Antes de que os acomodéis arriba, hay alguien a quien todos necesitáis conocer.