—Dusvim gateaba hacia las cabezas de sus dos hijos mientras sus desgarradores gritos resonaban por el área casi vacía. Se debatía ante la muerte de sus hijos mientras lágrimas cálidas se deslizaban por su mejilla y caían sobre la piel fría y húmeda de ellos. "Mis preciosos Vidal y Facina", murmuró Dusvim. Su voz sonaba derrotada mientras se encogía varias veces al pronunciar esta única frase. Sentía dolor, agonía, rabia y odio a la vez, pero sobre todo, sentía desesperación.
—Kieran sacudía la cabeza como si estuviera molesto por los lamentos de dolor de Dusvim mientras acunaba las cabezas cortadas de sus hijos. Finalmente, Kieran no pudo soportar más el inapropiado espectáculo y habló con frialdad —¿Por qué te entristece su muerte cuando tus acciones los llevaron a este destino? No murieron por una causa justa, y eso es culpa tuya, de nadie más.