Con una acusación tan grave flotando en el aire, los Enviados no tuvieron reparos en que Max cancelara su participación en los eventos planeados para ese día y asignara a alguien más para que tomara su lugar.
La visita guiada a la Academia estaría a cargo de la Directora Medusa, con la ayuda de algunos de su personal de oficina. Mientras tanto, las visitas al barco estaban guiadas por el Illithid, quien era más que capaz de percibir todo lo que sucedía a bordo de Terminus, por lo que no se perdería de nada, incluso si no estuviera presente físicamente.
Max y Nico se sentaron uno al lado del otro en una pequeña mesa redonda, acompañados por el Coronel Klinger, quien había informado del incidente, así como por un grupo de expertos legales enviados por los Segadores y el Enviado Gigante, quien solicitó estar presente como observador, en nombre de la justicia imparcial.