—Al menos te permitieron tener postre en la Academia —ofreció Max, pero el hombre solo negó con la cabeza.
—Ella informó al personal que no se me permitía tenerlos, y se negaron a servírmelos, así que tuve un amigo que estaba en sus buenos libros y a veces me pasaba una ración extra cuando ella no estaba supervisando la cafetería.
—Bueno, quiero que sepas que nuestra Academia es un poco menos estricta con las restricciones dietéticas. En vez de prohibir, tenemos una colección de dulces sin azúcar y bajos en carbohidratos de todo el universo. De esa manera, los niños pueden disfrutar del postre mientras mantienen un plan de comidas nutricionalmente equilibrado, cuidadosamente diseñado para las diversas especies por nuestros propios nutricionistas internos —Nico le informó con orgullo.