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Hacia el final de la tarde, el caos se había asentado y los estudiantes estaban en sus dormitorios por primera vez, con muchos de sus padres esperando con esperanza la llamada de que sus preciosos ángeles no estaban listos para estar solos y necesitaban que los recogieran.
Sin embargo, sus esperanzas fueron rápidamente destrozadas, ya que el personal de la Academia eran todos profesionales con mucha experiencia en acostumbrar a los niños a nuevos entornos. Habían organizado juegos, actividades sociales y una fiesta que se extendió hasta altas horas de la noche, manteniendo a la mayoría de los estudiantes demasiado entretenidos como para pensar en irse.
Incluso los menos sociales, que estaban explorando las cápsulas de RV y la biblioteca llena de libros replicados, no tenían muchas quejas.