Con Max manteniendo los Behemots en su lugar, los refuerzos para esta ubicación no estaban siendo un problema para el Regimiento. El Primer Batallón había ajustado su posición para cubrir los flancos y la retaguardia de la fuerza mientras los otros cuatro batallones lideraban la carga a través del pueblo minero, eliminando los últimos de la resistencia a medida que alcanzaban el lado opuesto.
—Comandante, hemos despejado el pueblo. No hay señales de vida en la superficie, pero es imposible determinarlo bajo tierra debido a la magma de los Lanzallamas de Fusión —informó el Mayor Miller.
—Entendido. Los Behemots caerán en menos de un minuto —respondió Max, cargando contra los dos últimos enormes Klem, matando a uno a quemarropa con los Disruptores y partiendo el otro en dos con su espada, la primera vez que realmente había sido usada en combate, gracias a la capacidad de alcance del Mecha Clase Titán.
