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—No te preocupes, estarás segura si solo te quedas así frente a mí —dijo Arkhen con una sonrisa dominante mientras tomaba los senos de la mujer y los apretaba con fuerza, causándole dolor.
El rostro de la mujer estaba rojo de ira y humillación. Pero, a pesar de que Arkhen manoseaba sus senos, no se atrevió a moverse. La amenaza que sentía de este joven en sus veintipocos años era algo que nunca había experimentado antes. ¡Ella quería vivir!
Arkhen retrocedió un poco y la evaluó mientras todos los demás intentaban desesperadamente defenderse de las cuchillas de la matanza. Muchos de ellos ya tenían las piernas perforadas, pero aún así intentaban defenderse desesperadamente.
—¿Q-Qué quieres exactamente? Todo se puede solucionar.
Arkhen extendió su mano y su arma de rango EX+ apareció, Hoja de Dragón Sarangan.
Los ojos de la mujer se llenaron aún más de miedo al sentir el poder del arma.