—¿Realmente se siente tan bien? —Sierra se preguntó al ver las expresiones satisfechas de las chicas mientras yacían boca abajo.
El frente de las chicas ya estaba hecho. Ahora Arkhen masajeaba sus espaldas.
Sin embargo, los ojos de Sierra se abrieron de par en par pronto. Después de masajearles toda la espalda, Arkhen comenzó a meterles los dedos.
Sierra tuvo ganas de decir algo pero cerró la boca al ver a las chicas gimiendo de placer.
Después de cinco minutos, Sierra se sobresaltó de repente al ver líquido saliendo a chorros de sus cuevas rosadas.
—Bien, ve a ducharte mientras le doy un masaje a Sierra.
—¡Hecho! Jeje, disfruta hermana Sierra —dijo Zoe con una sonrisa traviesa hacia Sierra.
...
—Vamos, acuéstate en el suelo —dijo Arkhen mientras hacía señas a Sierra después de que las chicas entraron a los baños.
—¿Realmente esto es parte del entrenamiento? —Sierra preguntó con dudas.