No tardó mucho para que Sherly llegara. En menos de media hora, ya había aterrizado en el Imperio Frezya y se dirigió directamente a la Academia Real.
Ay, no pudo encontrar a Sierra incluso después de buscar durante horas.
—¿¡Dónde está ella?! —preguntó Sherly mientras pisoteaba el suelo en el pasillo del edificio del consejo estudiantil.
—Eh, ¿puedes hablar más bajo? —dijo Yosin mientras se tocaba las orejas. Aunque lo escondía, también estaba de mal humor. Aunque no estaba enamorado de Sherly, le gustaba.
Sin embargo, ¡esta mujer rompió el compromiso porque él perdió ante otra chica! ¿Qué tan superficial es eso? Eso no le gustó ni un poco.
—Es tu culpa, así que tú cállate —gruñó Sherly mientras cruzaba los brazos.
Los cinco herederos de la familia del consejo solo se miraron unos a otros y sonrieron con resignación. Era mejor permanecer en silencio.
—Maldita sea. Solo espera hasta que tú también pierdas —dijo Yosin con una sonrisa burlona.
