—Jefe, es un lugar perfecto, jajaja. No debería haber mucha gente en ese lugar —dijo uno de los esbirros entre risas.
—Humph, no te alegres demasiado. No se la entregaré a nadie —dijo Refal con una sonrisa maliciosa y lujuriosa.
—Te lo advierto de antemano. Si viene un problema que no pueda manejar, saldré corriendo —dijo Carow con expresión indiferente.
Carow tenía un corte de cabello corto y simple de color negro y llevaba una camiseta sin mangas con pantalones. Tenía un cuerpo musculoso y fornido y era atractivo. 7/10.
—Está bien. Pero llévame contigo si vienen problemas, jeje. Si vuelves solo y después desaparezco, no vivirás mucho tiempo —dijo Refal con una sonrisa enfermiza en su rostro.
—¿Q-Qué pasa con nosotros?
Los dos esbirros se veían inciertos.
—Jajaja, ¿de qué os preocupáis? Dejemos de maldecir. No habrá problemas. Terminaremos nuestro asunto y volveremos, así de simple —dijo Refal.
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