—¡Llama Carmesí! —Estos no-muertos me están sacando de quicio —Aditya movió su mano y una enorme ola de llamas rojas carmesíes comenzó a rodear a Morgan. A pesar de estar rodeada por unas de las llamas más calientes que jamás había visto, Morgan no mostró ninguna reacción de pánico. Su expresión permaneció tan calmada como el agua del mar.
En cuestión de segundos, muros de llamas rojas carmesíes de 5 metros de alto rodearon a Morgan por todas direcciones. Todos los no-muertos que se acercaban o entraban en contacto con la llama Carmesí eran instantáneamente convertidos en ceniza.
—Este es el fin, Morgan —mientras relámpagos azules parpadeaban constantemente alrededor del cuerpo de Aditya, él se lanzó hacia Morgan a su máxima velocidad. La velocidad actual de Aditya había alcanzado 577, más que suficiente para igualar la velocidad de un tercero de orden.