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—¡Bang!
El suelo alrededor se agrietó por el impacto de su aterrizaje. La Reina de las Arañas Devoradoras de Almas tragó saliva por el miedo. Retrocedió unos pasos, aterrorizada, mientras miraba a Aditya. Su rostro era frío como la escarcha.
—¿Eres una Reina de las Arañas Devoradoras de Almas? —preguntó Aditya en un tono frío. Aditya sabía que, siendo una araña de orden pico quinto, la Reina debería ser capaz de entender lo que él decía y también de hablar en su lengua.
La reina de las arañas asintió con la cabeza. —Sí…
—Tus hijos han causado mucho caos a mi gente y a mis tropas… —En ese momento, Aditya era como una bestia que hacía todo lo posible por no perder el control de sí mismo. Una intensa intención de matar amenazaba con desbordarse de su cuerpo.
