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Desde el gran balcón con vistas a la ciudad submarina, la vista era impresionantemente hermosa, iluminando la arquitectura única en las tenues luces acuáticas. Fue aquí donde Céfiro se encontró en la víspera de su inminente batalla, la final del gran torneo, rodeado por sus confidentes más cercanos.
Su mayordomo, José, un hombre humilde de edad avanzada con sincera preocupación grabada en su rostro, comenzó—Céfiro, tu último oponente no es un adversario ordinario. Estamos hablando de Laura. Estoy seguro de que tu fuerza se iguala a la de ella, pero, aún así, sería imprudente tomar el asunto a la ligera. Ella está llena de trucos inesperados, ya verás. Es crucial que hagas los preparativos necesarios para el enfrentamiento de mañana. Cualquier pequeña ventaja puede inclinar la balanza a tu favor.