Varias horas habían pasado desde que Sasha, el incansable Súcubo, había intentado quitarle la vida a Laura. Este ser resuelto no mostraba signos de rendirse, un aprieto que le dejaba a Aditya un dolor de cabeza cada vez más intenso. Había hecho incontables intentos de razonar con Sasha, suplicándole que abandonara su intención de hacerle daño a Laura.
Sin embargo, acabar con la existencia de Sasha e incluso causarle un daño serio no eran opciones para él. A pesar de sus previas rechazos y órdenes frías de que se mantuviera alejado de ella, existía un vínculo entre ellos. Un contrato de matrimonio no cumplido, aunque ninguno de los dos tenía ningún deseo de llevarlo a cabo, todavía los ataba.