El Banquete Real había generado un zumbido de emoción y anticipación en toda la Capital. Era un evento muy esperado, ya que marcaba un momento significativo en la historia del Imperio de Istarin. La reunión de todos los nobles bajo el reinado de Aditya simbolizaba la unidad y fuerza del imperio.
Las calles que conducían al palacio estaban adornadas con coloridas pancartas y ornamentos elegantes, creando un ambiente festivo. Los comerciantes aprovecharon la ocasión, instalando puestos y tiendas a lo largo de las avenidas bulliciosas, ofreciendo una variedad de bienes de lujo y finas artesanías para atender a los distinguidos invitados.
La atmósfera crepitaba con un aire de prestigio y elegancia mientras los nobles, vestidos con sus mejores galas, se dirigían hacia el palacio. Lujosas carrozas, acompañadas de un séquito de sirvientes, se alineaban en las calles, señalizando la llegada de figuras influyentes de dentro y fuera de las fronteras del imperio.