Eran las 4 de la mañana. Mientras la gente de la ciudad de Sion dormía, su nuevo gobernante, el Monarca de Dragones, y su acompañante estaban ocupados conquistando otro Imperio vecino.
Después del Caos que Aditya y los cuatro generales causaron en la ciudad de Sion, las cosas finalmente se habían calmado. A la gente de la ciudad de Sion se les aseguró que nadie iba a atacarlos. Esta garantía les dio la paz que necesitaban para poder dormir. De lo contrario, no habría forma de que la gente de la ciudad de Sion pudiese dormir tranquilamente sabiendo que estaban atrapados dentro de una barrera y que no había manera de abandonar esta isla.