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—Tal como me dijo padre, estos idiotas son unos tontos. Dadles algunas tentaciones y actuarán como perros —todos fallaron en notar la mirada de desprecio que Lucas les estaba dando.
—Probemos a esta bestia —Lucas volvió a su yo alegre, pretendiendo como si nunca hubiera visto las miradas codiciosas de todos.
—¿Cómo funciona este cañón en realidad? —el comandante de las Islas Eternas no pudo evitar preguntar.
—Bueno, eso es un secreto comercial, amigo. Si quieres aprender más sobre este cañón, entonces tendrás que hablar con Su Majestad —aunque el Cañón Tormenta de Fuego fuera un producto fallido, no había forma de que Lucas les dijera a otros cómo funcionaba esta cosa. El plan era usar este cañón para hacer que las Islas Eternas y el Imperio de la Tormenta dependieran más del Imperio del Dragón de Fuego del Sur y forzar a ambos imperios a enviar más de sus soldados y recursos a esta guerra. Pero todo eso estaba reservado para más adelante. Era un plan para el futuro.
