(Punto de vista de Roy Kingsman)
Después de casi 8,5 horas girando constantemente dentro de los corredores del laberinto, el grupo de los Kingsmen apenas alcanzó el centro.
—Amo, una pelea masiva ha estallado en el centro... ¿Qué hacemos? —preguntó educadamente el Subordinado 1.
—¡Por supuesto que peleamos, los hombres de verdad nunca rehúyen una pelea! ¡Desenfunden sus armas y carguen! —dijo Roy Kingsman mientras el grupo desenfundaba sus armas y se unía a la riña.
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(Mientras tanto, Max)
Max ató un nudo de marinero en un extremo de su espada mientras se preparaba para un gran lanzamiento al estilo jabalina hacia el otro extremo.
—No creo que se suponga que la agarres así... —dijo Anna frunciendo el ceño mientras observaba a Max agarrando la espada como si sostuviera una pelota de béisbol.
Para lanzar el objeto a la mayor distancia posible, Max necesitaba agarrarlo correctamente como una jabalina para que hubiera una mínima pérdida de potencia.
