Después de despertarse de su terrible desmayo, Max tardó varios días en reorganizarse y pensar en dónde se había equivocado antes de decidirse por un nuevo enfoque para dominar el elemento.
Al volver al método del bucle temporal, Max decidió influir en la forma de la roca dentro de un bolsillo de tiempo aislado para que la reacción adversa al alterar la realidad pudiera mitigarse.
Sentado con las piernas cruzadas, Max se concentró en la simple roca que tenía delante. Sus experimentos pasados con el Caos habían sido volátiles en el mejor de los casos, pero tenía la corazonada de que lo estaba abordando todo mal.
El bucle temporal, se dio cuenta, era su campo de pruebas ideal.
Comenzó intentando visualizar la roca no como era, sino como él quería que fuera: una forma ligeramente diferente, bordes más suaves y una estructura completamente diferente.