—¡Max no podía estar más emocionado de volver a casa! —exclamó.
Fue encarcelado justo hacia el final de la guerra dimensional y no pudo disfrutar del lujo de regresar a casa como un héroe de guerra junto a sus leales tropas.
Tenía una esposa embarazada y subordinados ansiosos esperándolo para que regresara y se encargara de algunas de las tareas administrativas que tan egoístamente les había impuesto durante todos estos meses.
Más importante aún, ahora que Asiva se acercaba lentamente a los meses más difíciles de su embarazo, él podía cuidar de ella y permitirle concentrarse plenamente en nutrir al niño.
—El juicio de Hades le permitió moverse libremente y sin la necesidad de usar una máscara, ya que, finalmente, por primera vez, Max pudo regresar a casa como su verdadero yo y abrazar el amor de su pueblo.