En ausencia del rey herrero en el corazón de la fortaleza, la cadena de mando recayó en sus dos subordinados más confiables Brokk y Eitri, quienes eran veteranos en el ejército enano, responsables de iniciar las contramedidas de aquí en adelante.
Comenzaron a activar los mecanismos de defensa de la fortaleza, escondidos bajo el terreno montañoso. Puertas talladas en la roca madre cerraron secciones de la fortaleza, forzando al ejército invasor a un campo de batalla más estrecho que favorecía a los robustos enanos.