Max y Asiva salieron de la clase con la mente totalmente volada, ambos caminando en silencio, mientras consideraban los beneficios y costos de seguir el camino de un guerrero perfecto.
—¡Mira, es Asiva la Sin Sangre y el sabueso! ¡CORRE! —exclamó alguien.
—Ese es el perro rabioso, el guardaespaldas que Asiva la Sin Sangre lleva consigo —comentó otro.
—Ese es el mago loco, el que lanza hechizos de fuego sin parar. Mira esos ojos sedientos de sangre. Definitivamente está loco —dijo alguien más.
—Mmmm, el sabueso se ve tan sexy, quiero su bebé en mi vientre —susurró una voz.
—¡Cállate! ¡Eres un chico! Deja de decir tonterías —respondió otro.
Todo el pasillo murmuraba sobre Max y Asiva a medida que pasaban, el dúo se había vuelto bastante popular dentro de la universidad en solo dos días.
—Entonces, ¿seguirás el camino? —preguntó Max a Asiva.
