—El grupo estaba un poco sorprendido al saber que estaban esclavizados y controlados por un demonio ocular —dijo uno de ellos—. Sin embargo, aún más sorprendidos de ver a 25 feroces bestias del Nether de Nivel 2 obedecer cada comando de Max.
Mientras Max despedía a 22 de ellos, mantuvo uno para que Sebastián lo montara y dos para explorar el camino adelante. El grupo había aprendido por las malas que el escaneo de Max no garantizaba detectar los peligros inminentes y por ello ahora habían añadido una capa extra de protección en forma de las bestias del Nether.
—Somos demasiado débiles en esta mazmorra —dijo Asiva, avergonzada de haber caído bajo el control mental y atacar a Max.
—Sí, lo siento Ma-, Ravan estaríamos acabados sin ti —dijo Anna, mientras recibía una mirada severa de Asiva por casi usar el nombre real de Max.
—No me gustan tus perros, huelen mal —dijo Sebastián gruñón mientras montaba al mismo perro apestoso en contra de su voluntad.