—Buena suerte —les deseó Rui con una expresión amable—. Hagan lo mejor que puedan y cuídense mutuamente. Buena suerte.
—Te haremos sentir orgulloso, hermano mayor.
—Sí, definitivamente entraremos, ¡solo mira!
Rui sonrió con orgullo y afecto, esperando haber hecho un buen trabajo al ocultar su ansiedad.
—Entonces, váyanse —los envió hacia la larga fila de solicitantes, inspectando a su competencia. Como predijo, todos eran más altos y grandes.
Sus sentidos barrieron el área examinándolos cuidadosamente. ('¿Algún solicitante a Aprendiz Marcial...?')
Sus ojos se estrecharon después de un momento. ('Solo uno.')
Cuando él aplicó, había cinco.
Bueno.