Rui tenía mucho en qué pensar en el camino de regreso a casa. Tenía una enorme gama de opciones en las que gastar su millón de créditos Marciales, y no quería ser demasiado precipitado.
—No estoy bajo una tremenda cantidad de presión en ningún sentido en este momento —suspiró Rui—. Puedo tomarme mi tiempo para pensarlo bien. Demonios, ni siquiera creo que sea ideal gastarlo todo de una vez.
Lo mejor era mantener una pequeña proporción en su cuenta como parte de sus ahorros, o incluso podría darla al Orfanato Quarrier y permitirles gastar en cosas que ni siquiera los ingresos suministrados por Rui y Julián normalmente permitirían.
—Debería priorizar gastar los créditos en algo que ayude a mi Arte Marcial y a mi poder —decidió Rui.