Una vez que los dos habilitadores de Escudero declararon oficialmente su éxito al someterse a la Habilitación de Escudero, Rui ya no tenía nada más que hacer.
—Gracias por toda su ayuda —Rui estrechó las manos de los dos Escuderos Marciales.
—De nada —El Escudero Fernin hizo un gesto con la mano para restar importancia.
—Lo lograste con tu propio esfuerzo —le dijo el Escudero Gerd.
Se despidió de ellos, saliendo de la Unión Marcial.
—Ah, la libertad —Rui inhaló profundamente.
Había pasado mucho tiempo con su libertad encadenada en cierto modo en los últimos tres meses. Ya fuera el proceso de avance de Escudero, o el proceso de habilitación de Escudero. Ambos eran necesarios, pero ciertamente eran asfixiantes.
Se regocijó en la sensación de libertad que obtenía al haber dejado finalmente la Unión Marcial.
—Hora de volver a casa —Comenzó a trotar inmediatamente en dirección al Orfanato Quarrier.