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—¿Dolor? —El Escudero Juvier miró a Rui con incredulidad—. ¿Quieres hacer del dolor el detonante para la extrema inanición? ¿Has perdido la maldita cabeza?!
—Confía en mí —Rui suspiró—. Sé lo que estoy haciendo.
El Escudero Juvier se llevó la mano a la cara mientras negaba con la cabeza. —Bueno, tú serás el responsable de ello, así que adelante. Es una idea loca y estúpida que no sirve para nada, pero ya te he advertido de eso. Mi responsabilidad como guía y ayuda termina ahí.
—Entonces comencemos en el momento en que sea sitiado por la inanición —Rui asintió. Procedió a solidificar los detalles del procedimiento con el Escudero Juvier. Cuestiones como los tipos de dolor a infligir, así como la frecuencia de la infligida del dolor y el orden.
