```
Simplemente lo observaba, intentando tener una mejor percepción.
«No parece tener consciencia de la misma manera que mi cerebro», reflexionaba.
Incluso su toma de control mental no era algo que el Simbionte hiciera conscientemente, sino algo que formaba parte de su programación biológica. Esto coincidía con la información que había aprendido sobre él.
Con el paso del tiempo, el cerebro inactivo comenzó a mostrar más y más actividad. Se sentía emocionado ante la perspectiva de dominar la capacidad cerebral adicional. Sin embargo, eso no era algo que pudiera hacerse rápidamente. El simbionte tenía una dificultad de grado diez por una razón, y esa razón no era únicamente el riesgo de ser mentalmente dominado por el simbionte.
