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La noche ya había envuelto el exterior del castillo mientras Rio se tomaba una hora para relajarse en el agua.
Lía estaba en el mismo lugar que la última vez. Pequeñas hadas revoloteaban a su alrededor.
Yami fue a la villa de la emperatriz mientras Rio se dirigía hacia la figura solitaria cuya belleza podría causar la caída de la nación.
Ella se volvió para mirarlo mientras su rostro mostraba preocupación.
—¿Fue doloroso? —esa fue la primera pregunta que hizo.
—No... La entrenadora es una dama de corazón blando. Quedé cautivado por su belleza. Pero no es tan hermosa como tú —Rio habló con una sonrisa y ocultó la verdad.
—Pensé que padre sería duro contigo. Puedes decirme si te causan algún problema —dijo ella con voz más baja.
—Nuestras almas están enlazadas, así que puedo llamarte para pedir ayuda si surge la ocasión. No te preocupes como si fuera un niño pequeño —dijo él con una sonrisa agridulce y se rascó la parte trasera de la cabeza.
—¿Por qué tienes el cabello mojado? —Lía frunció el ceño.
—Me bañé antes de venir aquí porque estaba cubierto de sudor. No quería que me odiaras por oler como un pez muerto —Rio bromeó mientras mentía de nuevo.
—No te odiaría —ella dijo con una voz tranquila, tras una pequeña pausa preguntó:
— ¿Qué te enseñó hoy?
—Me estaba enseñando a esquivar ataques y mejorar el tiempo de reacción —él habló con una sonrisa gentil ocultando la amargura en su corazón mientras pensaba en cómo realmente le enseñó decorando su cuerpo con dagas teñidas en su sangre.
Ella lo miró y contempló algo.
Rio temía que su mentira hubiera sido descubierta.
Él preguntó preocupado:
— ¿Qué sucede?
—Estaba pensando en cómo todavía no tienes un arma y qué te convendría. Con la habilidad Devlin, una espada te quedaría perfectamente. Ven conmigo —Lia dijo y llevó a Rio al otro lado del jardín.
Había un árbol con espadas colgando de él con hojas amarillas. Medía 3 metros de alto y la corona se extendía en un rango de 2 metros. Podía ver las espadas colgando del árbol como frutas.
Había tres tipos de espadas colgando de este árbol de hojas amarillas.
Todas parecían plateadas en color pero sus tamaños y aura variaban.
La más majestuosa era única en número colgando en el centro del árbol de hojas amarillas.
—Ya estás en la etapa amarilla, así que no será problema para ti tener tu primer alma de bestia. Este es el árbol "Flor de Plata" y estas frutas en forma de espada que ves son las almas de bestia —Lia explicó señalando las frutas en forma de espada colgando del árbol.
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—¿Las almas de bestia pueden crecer en árboles? ¿Eso no significa que podemos reducir la tasa de matanzas de bestias si cultivamos estas en mayor número? —habló él con una voz asombrada mientras sus ojos brillaban con la luz de la esperanza.
—¿Cómo proporcionarás a tus congéneres humanos los núcleos para absorber los puntos de estadística? —dijo ella con una voz divertida y echó agua para extinguir la pequeña chispa de esperanza que tenía para resolver el problema de ambos mundos.
Continuó después de disfrutar la expresión contrastada en su rostro que cambió rápidamente, —además, estos árboles son muy raros. Solo los verías en mi jardín o en caso de que te encuentres con un encuentro afortunado.
Rio bajó los hombros y parecía como si estuviera cubierto por un humo oscuro de desesperación.
Lia extendió su mano suave como el jade y una luz cubrió una fruta en forma de espada, la que estaba en medio que parecía especial entre las demás almas de bestias colgando en el árbol de flor de plata.
Se desprendió de la rama del árbol y voló hacia ella como una hoja cayendo.
Ella la agarró con gracia y se la entregó a Rio, quien miró la espada con asombro.
Él tomó la espada que se sentía embotada y como si estuviera dormida. Parecía más una muñeca que una espada de verdad y miró a Lia con ojos interrogantes para preguntar si ella lo estaba bromeando.
—Inyecta algo de tu maná en ella y esta alma de bestia se vinculará a ti —dijo ella con una voz suave.
Rio hizo lo que ella dijo y una pequeña cantidad de maná se precipitó hacia el mango de la espada.
Vibró al recibir su maná y el juguete de aspecto inactivo cobró vida. Una luz plateada brilló y floreció como un loto desplegando su encanto.
Era una espada de doble filo de un metro de longitud de composición ligera con una forma de pétalos de flor floreciente en su empuñadura que era amarilla. Además de ser afilada y fuerte, la espada emitía un aura escalofriante y centelleaba en la Luz de la Luna.
—Guau... —su rostro floreció con una sonrisa y sintió que había hecho una conexión con la espada en su mano.
[Alma de bestia del rey de la Flor de Plata de la Etapa Amarilla obtenida.]
Escuchó una voz de IA en su mente que confirmó sus sospechas.
Estaba sonriendo de oreja a oreja cuando recordó que había espadas de tres tamaños diferentes en el árbol.
—¿Por qué había tres tipos de almas de bestia en el mismo árbol? —preguntó él mientras inspeccionaba su nueva espada.
—Hay tres niveles entre almas de bestia en cada etapa para el mismo tipo. Normal, mutada y Rey. Puedes reconocerlas en el árbol. Siempre hay un rey entre estas almas de bestia cuando crecen en árboles por lo que la que tienes es el alma de la bestia rey flor de plata —dijo Lia y aclaró sus dudas.
—¿Cuánto tiempo tardarán en crecer otra espada del rey flor de plata? —preguntó él mientras miraba su atractivo rostro que hacía que la luna en el cielo nocturno estuviera celosa de su elegancia.
—Tomará unos años —habló ella y lo miró esperando su próxima pregunta como si supiera qué le iba a preguntar a continuación.
—Entonces, ¿por qué me lo diste? —preguntó él, desconcertado.
—¿Qué crees? —respondió ella con otra pregunta. Su rostro lucía misterioso mientras sus ojos lo miraban divertidamente al ingenuo chico con un rostro perplejo.