Tierra, en algún lugar de Japón.
En una de las prefecturas exteriores que conforman su principal ciudad, se podía ver un alto rascacielos, ensombreciendo casi todos los edificios a un kilómetro a la redonda. Cerca de la parte más alta del rascacielos se encontraba una oficina con una amplia vista del paisaje urbano. En su centro había un gran escritorio hecho de caoba, donde se podía ver a una mujer en un elegante traje de negocios mirando documentos.
Golpe. Golpe. Golpe.
—Adelante —dijo la mujer, haciendo que la puerta se abriera mientras un joven entraba. Después de pedir disculpas a la mujer por la interrupción, se acercó gradualmente donde estaba ella, entregándole los documentos que había traído consigo.