—¡Golpe!
Clavando en el suelo una vez más el bastón de madera que había recogido, Jekyll le hizo señas a Valyr para que se alejara un par de metros de él, lo cual este último hizo de inmediato.
—Está bien —con los dos asintiendo el uno al otro para indicar que ambos estaban listos, Jekyll tenía una ligera sonrisa en su rostro mientras abría la boca—. Antes de seguir adelante con esto, déjame preguntarte una vez más.
—¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —preguntó, enfocando toda su atención en el rostro de Valyr.
—Bueno, dije antes que sería más interesante si hacíamos esto una vez que mis ojos se hayan transformado —riendo entre dientes, Valyr asintió—. Dado que ese es el caso, no voy a retractarme de lo que he dicho. Después de todo, soy un hombre de palabra.
—Si así lo dices —respondió Jekyll, todavía con una sonrisa adornando su rostro—. De todos modos, para hacer esto más parejo, elige libremente cualquier arma que quieras usar del estante de armas.