—Desapareciendo de las inmediaciones de la grieta en el momento mismo en que entraron, Meirat y los demás pronto sintieron sus cuerpos envueltos por una energía única que les permitía viajar con seguridad en el espacio —Tomando nota de esto, Meirat miró a Murak, quien le devolvió la mirada y ambos asintieron entre sí poco después.
—¡Zumbido!
—Mngh... —Resistiéndose al tirón de la energía que les rodeaba tanto como fuera posible, Murak finalmente logró extender ambas manos hacia fuera, mandando una gran porción de su maná a circular a través de ellas mientras la energía que cubría a los cinco iba perdiendo gradualmente su fuerza para enviarlos a su localización prevista.
—No se ve a menudo el tejido del espacio tan de cerca —dijo Hreig mientras le daba a Murak un pulgar hacia arriba—. Viendo lo que había hecho, Gaar y Kraag también le dieron un pulgar hacia arriba a Murak, aunque este último los ignoró a todos mientras se enfocaba en el espacio que les rodeaba.
