—Aquí vamos. Un Compendio General de Maldiciones —apartando el libro que detallaba los vínculos con armas a un lado, Valyr colocó el libro sobre maldiciones frente a él, admirando brevemente la artesanía de su portada antes de comenzar a leer sus páginas.
Inesperadamente, en las primeras páginas del libro, en lugar de murmurar algunos de los pasajes que encontraba, Valyr lo leía en silencio mientras su cerebro absorbía ávidamente toda la información que estaba obteniendo. Ya que el libro era una guía general sobre qué eran las maldiciones y qué tipos existían, no fue sorpresa que las páginas iniciales detallaran la definición de una maldición, y rápidamente descubrió que su idea de lo que era una maldición había sido incorrecta todo este tiempo.
