Bajo las luces titilantes de un baño abandonado, una mujer vestida con una máscara negra y una gorra entró después de asegurarse de que no había nadie cerca.
Con un flexionar de su palma hacia el suelo, una silla de ruedas eléctrica se materializó de la nada, el anillo en su dedo brilló brevemente.
Rápidamente se quitó la chaqueta, la camiseta y los pantalones, revelando un simple sostén blanco y unas bragas, y aun así resaltando su belleza natural.
Con movimientos deliberados, se puso unos pantalones grises casuales pero solo se los subió hasta los muslos superiores.
Frente al espejo sucio, la mirada de Ana cayó sobre los pequeños discos metálicos incrustados en los lados de sus caderas, brillando ominosamente bajo las luces blancas titilantes.
Tomando un profundo y estabilizador respiro, convocó una pequeña herramienta circular que parecía un mini-destornillador en su mano.