—La incredulidad de Lenny era palpable mientras luchaba por comprender la afirmación de Derek, sus palabras impregnadas de incredulidad —Tienes que estar bromeando. ¿Qué demonio en su sano juicio nos tomaría como objetivo? En general, todos los demonios obviamente nos toman como objetivo, pero no de esta manera. Incluso el rey demonio anterior conocía sus límites. No tiene sentido ya que obviamente fracasarán si intentan avanzar más.
—Y, sin embargo, este no ha fallado durante los últimos años, ¿verdad? —retó, y la pregunta quedó suspendida en el aire como una espada lista para golpear—. Derek respondió con una mirada intensa fijándose en la forma inquieta de Lenny.
—Déjalo. Voy a nombrar a alguien más para que se encargue de este desorden que permitiste crecer —declaró Derek, sus dedos moviéndose decididamente en su tableta.
—¿Quién? No tienes que hacer eso. Solo dime qué hacer, y yo lo haré— Lenny, frunciendo el ceño en una mezcla de frustración y desafío, intentó interrumpir.