—ROARRRR —un rugido atronador de una bestia escupe-llamas mandó escalofríos por la espina dorsal de casi todos dentro del salón.
Asher podía reconocer un rugido así cualquier día ya que, incluso sin ver, podía decir que ese era el rugido de un dragón.
Vio el suelo dentro del enorme círculo de invocación desaparecer mientras se revelaba el cuerpo de un dragón de 70 metros de longitud con escamas azul oscuro, causando que todos se quedaran congelados de terror. Iryna estaba de pie sobre su cabeza mientras continuaba emergiendo del círculo de invocación.
Incluso todo el suelo empezó a temblar bajo la fuerza de este dragón azul oscuro con enormes alas, sus ardientes ojos azules mirando a las diminutas criaturas paralizadas de miedo. No había duda de que esos ojos pertenecían a un dragón que no se iría sin antes convertir a todos en el interior en cenizas.