Bañado en el suave y etéreo resplandor de la luz matutina que se filtraba a través de las ventanas arqueadas, el Museo de Cazadores era un espacio vasto lleno de una sensación de asombro y reverencia.
Artefactos de poderosos Cazadores y demonios infames coexistían dentro de estos muros, encapsulando la tumultuosa historia de su mundo. Cada objeto albergaba una historia —un relato de valor, traición, miedo, terror y coraje.
Un grupo de jóvenes rostros ansiosos seguía a una mujer alta y estatuaria con largo cabello azul, ojos azules brillantes y hermosos rasgos a través de los caminos laberínticos del museo.
Vestidos con uniformes de la Academia de Cazadores en tonos blancos y azules, caminaban con un sentido de emoción palpable, sus ojos abiertos y ansiosos.
No todos los días tenían la oportunidad de visitar el museo más interesante del mundo siendo guiados por alguien conocedor de las cosas en su interior.