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El rostro de Nereón estaba marcado por la desesperación mientras lamentaba su inminente condena —Hemos tenido suerte de que el Kraken aún no haya atacado nuestra aldea, pero es solo cuestión de tiempo antes de que vuelque su ira contra nosotros.
—¿Su ira? ¿Qué quieres decir? ¿Por qué estaría enojado con nosotros? —Asher preguntó con el ceño fruncido.
La expresión de Nereón se tornó aún más sombría al revelar la verdadera causa detrás del caos —L-Los Umbralfiendos han regresado, Su Alteza. Ellos son los que están librando la guerra para reclamar estas tierras, y según las leyendas del pasado, el Kraken era su guardián, al que el Devastador domó a la fuerza para hacer que sirviera a nuestro reino. No sé si esto es realmente cierto, pero si lo es, ¡entonces realmente estamos acabados!
—¿Los Umbralfiendos? —La conmoción de Asher era palpable, pues él solo tenía un entendimiento vago de esta antigua raza, habiéndola considerado extinta hace mucho tiempo.