—¿Cómo te sientes ahora? —Mientras Gran daba unos pasos hacia un lado, alejándose de William y esperando a que su primo saliera, William aprovechó la oportunidad para finalmente preguntarle a Berry.
—Tú… ¿sabes que casi me das un ataque al corazón hace unos minutos?
—¡Jajajaja! —William no pudo evitar reír—. Acostúmbrate a esto de ahora en adelante. No soy alguien que se enfrente a los desafíos sin aceptarlos.
—¿Qué pasa aquí, eh? —Berry le golpeó la cabeza. En este momento, aunque los dos tenían la misma edad, ella seguía siendo más alta y podía darle un empujoncito con solo estirar su brazo.
—Ay, ten cuidado conmigo, soy frágil y podría romperme.
—Entonces toc toc, ¿qué hay ahí adentro? ¿Gelatina? ¿Chocolate?
—Jajaja, es helado —William se rió, y Berry no pudo evitar mover la cabeza y reír también.
Desde un lado, Gran miraba a los dos mientras sentía lo maravilloso que es ser joven.