El sentido espiritual en este mundo estaba extremadamente presionado, solo se extendía para cubrir menos de unos pocos cien metros como máximo.
Su velocidad de avance se redujo considerablemente, pero la buena noticia era que estos monstruos resultaron heridos por estas rocas.
Ver el efecto del veneno sobre ellos, observar cómo sus cuerpos se consumían de adentro hacia afuera, convirtiéndose en una gran pila de polvo marrón, hizo que a todos se les erizara el cuero cabelludo.
William creía todo lo que Karoline decía, pero los demás tenían sus dudas hasta ahora. Al darse cuenta de lo peligrosas que eran estas rocas, William tuvo otra iluminación.