Tina había crecido ahora, ya no era la misma Tina de hace cinco años, ya no era esa niña débil e inútil de seis años.
—Tsk! Si vas a ir, entonces iré contigo —justo cuando todos observaban a las dos hermanas pelear como cualquier miembro terco de una familia en cualquier conflicto durante diez minutos, Ibra de repente habló.
Y esta vez, el shock que todos sintieron no fue como cuando Tina habló.
—¿Estás seguro? —Esta vez William habló primero. Conocía a Ibra desde hace muchos años y compartieron muchos momentos desesperados con él. Podría ser un poco arisco, un poco sarcástico, y un maestro muy molesto, pero también era bondadoso, un amigo muy grande.
William miró a Ibra, y este último mostró una mirada que le decía que esto no dependía de él. William suspiró, dándose cuenta de que este brutal maestro parecía haberse enamorado de la pequeña niña que actuaba fuera de su edad.
—¡Esto es una locura! —Line no podía creer nada de esto—. ¡Ustedes dos están locos!
