—¿Quién? —Ro no sabía qué estaba mal con Sara, y en un momento así, nunca adivinaría de qué estaba hablando. No hasta que Sara levantó el Papel Mensaje de William en su mano, lo levantó bastante alto, como si acabara de ganar un maratón, como si estuviera presumiendo con su trofeo personal ganado con esfuerzo.
—¡Oye! ¡Oye! William, William, ¿estás ahí? ¿Puedes oírme? —En el momento en que gritó esas palabras, todo el mundo volvió a congelarse. Todos se volvieron hacia ella, mirándola como si estuvieran viendo una leyenda hacerse realidad, un sueño volverse verdadero.
—Él acaba de hablar conmigo, justo ahora... —ella intentó obtener alguna respuesta de William, pero su voz era interrumpida y desordenada, su tono era bajo y apenas podía entender algo.
—¡Sigue hablando! —Justo cuando estaba a punto de deprimirse y frustrarse, Ibra de repente gritó—. Él puede localizarnos mientras hables. Sigue hablando y trabajemos juntos para protegerla.
