William encontró su camino fácilmente hacia la puerta principal por la que había pasado el día anterior. Sin embargo, cuando llegó allí, la encontró firmemente cerrada.
Eso no era todo, sino que el número de patrullas sobre los muros había crecido exponencialmente, como si se avecinara una gran marea de monstruos o algo por el estilo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —y justo cuando William se puso de frente a las puertas cerradas con fuerza, un grupo de maestros se acercó con armas levantadas, aparentemente listos para la batalla en cualquier momento.
—Quiero salir —respondió William con naturalidad, como si no notara la tensión en el aire o los grupos adicionales de maestros mirándolo—, pero las puertas están cerradas y no puedo hacerlo.
—¿Cómo es que no conoces las reglas de nuestro mundo? De noche, nadie puede salir, ¡y las puertas están cerradas! ¿Quién eres? Dame tu nombre, el nombre de tu clan o familia, el lugar donde vives.
