—Ver esto hizo que William se diera cuenta de que lo que habían encontrado era solo una pequeña parte de este mundo —dijo. Y por alguna razón, sintió que el resto del mundo que aparecía frente a él guardaría más secretos y cosas impactantes.
—Sin embargo, nunca pensó en darse la vuelta y regresar. Simplemente caminó hacia la nueva parte, disfrutando del baño de sol que había extrañado durante mucho tiempo.
—El cielo era azul, pero el sol era de color plata —comentó William. No solo vio un sol allí, sino también tres sombras esféricas de diferentes tamaños que no emitían luz alguna. Supuso que podrían ser lunas de este mundo, y nunca había oído hablar de un mundo así antes.
—Ver el sol y las tres lunas le hizo saber que este no era un mundo de bolsillo como había supuesto antes —pensó. Los mundos de bolsillo eran aquellos sin tales objetos celestiales. Eran mundos atrapados dentro de objetos, y estaban iluminados usando el poder del espíritu difundiéndose en toda la capa del cielo.