El silencio duró casi medio minuto, y él intentó escuchar cualquier eco en su mente pero no consiguió ninguno. Y de repente, fue como si una mala señal le hubiese llegado, terminando por escuchar la voz intermitente de alguien que reconoció al instante.
—Bo... Jefe... Es... Yo... ¿Eres... Tú?!!!
La voz de Ibra llegaba temblorosa, débil, y cubierta de muchos ruidos como viento. William casi apretujó la Bala de cada uno que sostenía en ambas manos, a punto de arruinarlas.
—No te puedo escuchar claramente, así que seamos breves. Estoy aquí, y hay muchos lugares alrededor. ¿Puedes usar algo para hacerme saber dónde estás? ¿Algún técnica de luz o ataques con luces extremadamente brillantes o algo así?
William quería cualquier cosa para identificar su paradero. —W... Nosotros p... Podemos intentar... —La voz de Ibra se volvía cada vez más débil, y eso inquietaba un poco a William.