Con una sola mirada, William vio la cara de su enemigo, el monstruo Pesadilla en su forma humana.
—Así que... De verdad lo lograste... ¡Qué suertudo eres! —Lo primero que dijo ese humano monstruoso fueron estas palabras. Sacudió la cabeza, como si se estuviera arrepintiendo de lo ocurrido. Y William estaba a solo decenas de metros de él, observando con interés a este humano.
—Usaste una técnica de división espiritual para dejar una imagen tuya aquí... Impresionante para un monstruo como tú —William sonrió con calma, mientras miraba a su enemigo como si estuviera viendo algo que no mereciera su atención.
—¿Sabes sobre esto? Eso sí que es algo... Sabes que últimamente mi curiosidad ha aumentado sobre algo. Muchas cosas que hiciste nunca pertenecieron a este mundo. Tengo una razón para conocer tal conocimiento, pero tú... ¿Cómo sabes todo esto?
—Como tú mismo lo dijiste... —William comenzó a caminar lentamente alrededor, aparentemente buscando algo, —Soy solo un suertudo.