—Pero... —Rockos intentó detener a su líder de hacer algo loco. Sin embargo, por la expresión en el rostro de Leo, todos en el equipo sabían que era inútil tratar de razonar con él.
Una vez que se emocionaba y se entusiasmaba por algo, no se detendría ante nada y lo haría. Y se entusiasmó justamente por William y quería conocerlo más.
—No olvides, nuestra misión es detener lo que está pasando, encontrar al culpable y traerlo de vuelta con nosotros —Leo se rió—. Para hacerlo, necesitamos romper esa pequeña regla, ¿verdad? No es gran cosa.
—¿Para nosotros? ¡Es un desastre! —Rockos suspiró, sacudiendo su cabeza en arrepentimiento por haberle contado demasiado sobre William a Leo.
Este último era bastante competitivo, le encantaba conocer prodigios fuertes y prometedores de todo el mundo. En muchas ocasiones, tales introducciones y reuniones simples terminaban en grandes peleas.