—Es mejor que uno de nosotros vaya allí —dijo lentamente Kong, sintiendo más ira hacia las atrevidas acciones de los maestros de espíritu oscuro.
Las cosas aún no estaban del todo claras a sus ojos, pero su reacción fue totalmente diferente a la de William.
El gran concurso que se celebraba cada pocos años no era algo de lo que pudieran retirarse. Esta competición era responsable de establecer los rangos adecuados de las academias en todo el continente.
Basándose en tal clasificación, la academia obtendría recursos del reino, e incluso recibiría algunas solicitudes de maestros de espíritu fuerte itinerantes o discípulos de lugares lejanos.
Si no enviaban a nadie, eso significaría que su rango quedaría en el absoluto fondo. Eso sería bastante severo para su prestigio y futuro en los próximos años.