—Según las palabras de Lara, la última palabra en tal trato no estaba en sus manos, sino en las de los ancianos —dijo—. Por lo tanto, tenía que esperar al próximo encuentro con ellos, antes de finalizar sus planes acerca de esta arma.
Para no quedarse atascado con esto, decidió adaptar otra solución. No era un arma fuerte como la que tenía intención de hacer, pero era suficiente para causar problemas a los enemigos a los que se enfrentarían más adelante.
William no se quedó despierto por mucho tiempo. Ya tenía otra idea que no requería grandes cantidades de materiales especiales. Todos los materiales se podían encontrar en este mundo pequeño, pero tenía que añadir pequeños toques para asegurarse de que las cosas no se desviasen del curso previsto.
Al día siguiente envió a uno de los miembros del equipo a comprar los materiales que necesitaba. No se arriesgó a salir él mismo o enviar a sus vicios cuyas caras eran ya conocidas por las fuerzas de la ciudad.
