Regence era el que había enviado para infiltrarse en las fuerzas de su némesis. Y así, otros asentían y comenzaron a alejarse, mientras aquel anciano se quedaba con otros dos.
Ellos eran los dos que habían sugerido y argumentado contra el uso de tal arma. Los dos eran considerados los vicios de este anciano. Y aparte de estos dos, Moore también se quedó atrás.
—Prepara una ruta de escape —de repente dijo el anciano fuera de la nada—, la ruta de escape final, ¿lo entiendes?
—Esto... —Los dos intercambiaron miradas, mientras Moore no podía creer lo que oía— pero señor… Las cosas van según lo planeado.